Mis novelas editadas

viernes, 28 de mayo de 2010

Culpable. Parte III

- Debería coger algunas cosas, nos espera un largo viaje.

- ¿A dónde? ¿Quiénes son ustedes? Márchense de mi casa o empezaré a gritar pidiendo ayuda.

El hombre de gris oscuro miró a su compañero.

- Le diré que tiene usted un juicio pendiente.

- ¿Un juicio, yo? Si yo no he hecho nada.

El hombre de gris oscuro… esbozó una sonrisa. Se levantó de pronto y le asió por el brazo. Felipe se sacudió con rabia.

- No me toque.- Y cumplió su amenaza de empezar a gritar.

- ¡Márchense de mi casa o llamaré a la policía!

El hombre de gris se rascó el mentón, el ruido de la barba que se abría paso entre la piel hizo un carraspeo estruendoso en el silencio de la noche.

- Debe acompañarnos, lo siento.

- No pienso ir a ningún sitio. ¿Tiene una orden de… arresto?

- Bueno, llevo una orden de extradición, ¿le sirve?

Sacó un papel blanco del bolsillo interior de su chaqueta y se lo tendió. Felipe lo leyó nervioso, le temblaban las manos:

“Orden de extradición para el sr. Felipe Román, nº de identificación: xxx, residente en xxx. Deberá acompañar a nuestros agentes al país que presenta la acusación y presenciar con sus ojos las consecuencias de sus actuaciones. Nuestros agentes deberán explicarle de una forma coherente durante todo el transcurso del viaje aquello que el acusado no sea capaz percibir con sus propios ojos. El hombre sin piernas les acompañará hasta la llegada al punto de destino en representación de los demandantes, tanto de los que siguen con vida como de los que han muerto a la fecha de la redacción de esta orden, así como de los fallecidos o afectados hasta la hora justa de la detención, en que las actuaciones del acusado serán frenadas por nuestros agentes.”

Gracias por su tiempo.

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