Mis novelas editadas

lunes, 24 de mayo de 2010

El pajarito caído

Terminaban las noticias cuando he llegado. Lo que he visto poco o nada me ha transmitido, cositas sobre tenis. Algo raro tengo, amigos míos, cuando no consigo conmoverme con las venturas y desventuras de nuestros deportistas. Del de la raqueta y de los de la moto. No crean que los desprecio, simplemente eso… no logran conmoverme.

Pero para que vean que mi alma no es de hielo, les diré que hoy he salvado a un pajarito de ser el almuerzo de algún gato callejero, que según se mire, ha sido una mala acción por privar de la vianda al gatito, que también es una criatura. En cualquier caso, el bicho ha sido debidamente instalado en un nuevo hogar en el que ha comido manzana apenas ha deshecho la maleta. También nos ha obsequiado con un graznido tan desagradable que haría llorar a los mismos angelitos del cielo.

En la vida ocurre igual, cuando se nos cierra una puerta… se nos abre la de una jaula. Y se cierra detrás de nosotros, como está mandado. Si somos listos, nos comemos la manzana y graznamos de vez en cuando, para que se sepa que agradecemos la fruta. Eso, por supuesto, no quita, que soñemos con pillar cualquier día la puerta abierta.

Gracias por su tiempo.

3 comentarios:

  1. Con el desenlace de tu pobre pajarico ya leido (sospechado, por supuesto), me dispongo a contarte mi andanza con otro pajarico. Me pregunto en este punto si habrá un pajarico en la vida de cada uno. Comencemos.

    Andaba yo preparando una cuba de sulfato para no recuerdo ya que tratamiento, embutido en mi traje de marciano con mascarilla, guantes y botas altas cuando vino a caer un gorrioncillo en la cuba del producto. No tardé ni dos segundos en sacarlo y menos de otros dos en sumergirlo en un cubo de agua limpia que a la sazón (a la salazón que diría un amigo) por allí estaba. Reconozco que albergué esperanzas cuando lo dejé al sol y lo vi dar un par de tímidos saltitos y agitó las alas como desperezándose.
    "Has tenido suerte compañero" -pensé- "cualquier otro te habría integrado en el proceso de sufato, pero a mi me da mucha rabia que se me atranquen las boquillas"

    Continuara...

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  2. Yo por mi parte prefiero dejar a la naturaleza que siga su curso, lo del cubo de agua si que lo hubiera hecho, aunque ya se sabe que no es suficiente, por eso tú tenías que ponerte el traje de marciano. En cambio si me lo encuentro en la calle, como hice el otro día, lo vuelvo a dejar en la calle y automáticamente empieza a llamar a su madre, si viene, viene, y si no, pues ya se sabe.
    Pero por lo menos no se produce ninguna "paradoja agrotemporal" como yo las llamo. Mejor no influir. De todas formas, algún pájaro se tiene que comer el gato. A lo mejor también se comió a la madre.
    Pero es coo lo de las ranas, cada año hay millones de renacuajos en el río. Lo normal es que una parte se los coman los pájaros, forman parte de la cadena alimenticia, aunque suene cruel, otra parte mueren cuando se seca el río en verano.
    Pero y si no se seca el río como cada año? Pues llegaría una de las siete plagas, no estamos preparados para tanta rana, aunque el río húmedo criaría también muchos mosquitos para alimentarlas. Aún así son muchas ranas.
    Lo que no sé es si hay suficientes pájaros.

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  3. Yo cuando salvo una "criatura",no pienso en la cadena alimenticia, me siento en paz, tranquila y mejor persona.Hace año y medio salvé a Gosy, es un gatito que tenía los "ojicos" malos...hoy es un gato felíz que se quedó ciego, pero se mueve por casa facilmente siempre que no muevas los muebles o pongas algo enmedio. Incluso se va de excursión al patio de mi vecina si su compañero de juegos (Grey)está de buen humor y lo guia a través de un agujero, aunque creo que últimamente hace solo sus excursiones.

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