Mis novelas editadas

domingo, 23 de mayo de 2010

Papá y mamá ya no se quieren

¿No se sienten un poco así cuando ven las noticias económicas? Cuando Cospedal replica lo que ha dicho Zapatero, o Rajoy habla a los medios (Rajoy, a quién los micrófonos tienen especial querencia), y exige entre vítores de sus seguidores que el presidente sea “honesto” y deje… ya saben, la presidencia. O cuando en el Congreso juegan a “me pongo de pie, me vuelvo a sentar”, seguro que piensan eso, que mamá y papá ya no se quieren.

Mamá y papá no se aman, no, ni siquiera se toleran. A mí me recuerda a esas discusiones que en ocasiones escuchaba en casa, tan terribles para mi oído infantil y que, afortunadamente, no quedaron en nada.

Asistimos mudos a la contienda, porque sólo las urnas nos dan la palabra, para luego silenciarnos, y asistir indolentes a este partido de tenis inacabable, soporífero, en que nadie parece solucionar nada, en que se ahogan los ánimos del ciudadano, escasamente revividos cuando escuchan una propuesta nueva que quizá, y sólo quizá, sea una solución transitoria a las circunstancias. El político que sale a la palestra y critica, pero no argumenta, se limita a decir “yo soy mejor”, a quien poco importa elevar sus soluciones al lenguaje del ciudadano que espera cierta protección de quien toque, venga de la derecha o de la izquierda, ese político sigue una corriente equivocada.

La ciudadanía está triste, es el mundo occidental, “tengo menos, me entristezco”, “no tengo nada, a dónde voy a regresar”. Queremos, señores políticos, un poco de calma, una pizca de esperanza, una chispa de ilusión. Aunque papá y mamá ya no se quieran, esperamos que al menos se comporten como personas civilizadas.

Gracias por su tiempo.

2 comentarios:

  1. Pues qué quieres que te diga amiga... a mi con tal de estos papás y mamás nos quieran a nosotros, como si se tiran de los pelos. Poco me importa que no se quieran entre ellos, pero a mi que me cuiden!!

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Pero el caso es que no nos cuidan, en este caso no hay "amor de padre y madre" para sus hijos; para eso hay que haberlos criado, y nosostros somos hijos "heredados", porque no hay más remedio.
    Pero da igual, al fin y al cabo, la política siempre será igual, la única ventaja es que ahora por lo menos estamos en la "dictadura de los derechos", mucho mejor afortunadamente que el estado de derecho romano, el despotismo ilustrado o la de nuestro amigo Franco. Sólo espero que los futuros gobiernos que sean los "papas" de nuestros hijos mejoren como hasta ahora y no empeoren.

    ResponderEliminar